sábado, 26 de septiembre de 2009

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El azúcar de una Pepsi


En esta foto podéis ver un par de cosas. En el fondo hay unas cajas en las que se puede ver la nueva imagen de Pepsi que empezaron a implantar hace apenas un año por estas tierras y que sin embargo por España todavía no se había visto al momento de venirme para aquí. Pero me llamó todavía más la atención la caja que está en primer plano, un pack de dieciséis latas que en su diseño ha incluido el primer logotipo de Pepsi (Que algunos descubrimos en esa supuesta comparativa de los logos de Pepsi y Coca-cola que circuló hace unos meses).

Si curioso es encontrar el logotipo original integrado en el diseño de uno de los productos actuales, más curioso me pareció el la frase que tienen ahí escrita: "hecho con azúcar natural." Así que a lo mejor os preguntáis (como me pregunté yo), si el uso de azúcar natural es un valor añadido frente a la línea habitual de productos, ¿cómo hacen el resto?

Pues bien, Estados Unidos es un grandísimo productor de maíz. Y dentro de él, el estado de Illinois es casi el máximo productor. Este maíz no es comestible, por lo que le dan principalmente dos usos: la fabricación de combustibles y la elaboración de jarabe de maíz. Este jarabe de maíz, con un elevado contenido de fructosa, constituye la alternativa al azúcar más utilizada entre los fabricantes de refrescos. El hecho es que es más barato, con lo que sería la alternativa ideal si no fuese porque su consumo se considera una causa de la obesidad y de la diabetes de tipo 2. Éstos son dos grandes problemas de salud pública aquí en Estados Unidos, donde el consumo medio de una persona de esta sustancia es de casi 30 kg al año.

Y ya sabéis cómo son los americanos, que no se le ocurra al gobierno pretender limitar el uso de esta sustancia porque supondría una limitación intolerable de las libertades públicas. Por lo menos el hecho de que aparezcan líneas de productos como ésta, o el hecho de que algunas cadenas vendan Coca-Cola fabricada en México, donde usan azúcar de verdad, indica que una parte de la población se está dando cuenta del problema y empieza a demandar alternativas. Aun así, los refrescos tradicionales tienen todavía todo un pasillo para ellos sólos.

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