El paladar americano es de punto y aparte. En el fondo tiene sentido, pues estamos ante el país cuyos mayores aportes a la gastronomía internacional han sido el ketchup, la coca-cola y la salsa barbacoa (siendo esta última una mezcla de los dos anteriores).
Entre todas las recetas que les conozca hay una que todavía me asombra, el sandwich de queso a la plancha. Coge dos rebanadas de pan, pon un par de lonchas de queso cheddar encima y pásalo vuelta y vuelta a la plancha hasta que el pan quede tostado y el queso fundido. Tenemos una señora en el comedor que se pone a hacer de esos y si no hace doscientos no hace ninguno en una comida cualquiera.
Un americano es una persona que puede untar mermelada en ese sandwich y, mientras se lo come a dos carrillos, sorprenderse de que estés untando tu donut en el café. Será por eso que ya no me sorprende encontrar por aquí tabletas de chocolate Lindt con sabor a chile. Eso sí no me pidáis que la pruebe.
A principios de los años 20, el congreso norteamericano aprobó lo que aquí se conoce simplemente como "La prohibición." De golpe y plumazo se prohibía completamente el consumo de alcohol en todo el país. El efecto inmediato que esto produjo fue el florecimiento de un amplio mercado negro de contrabando de alcohol. El eje de este contrabando recorría el país de norte a sur. En los estados del sur los granjeros empezaron a construir destilerías secretas en las que destilaban alcohol generalmente del maíz y siempre a la luz de la luna, de ahí el nombre del licor de altísima graduación que producían: moonlight. Mientras tanto, en las grandes ciudades del norte como Nueva York y especialmente Chicago, dominada por la mafia, se centraba casi toda la demanda de este producto ahora ilegal.
Para distribuir el alcohol, los mayores productores empezaron a contratar conductores que fuesen lo suficientemente hábiles para llevar el alcohol al norte de manera rápida y evadiendo a la policía usando coches normales que pudieran pasar desapercibidos más fácilmente. Con el tiempo fue tal la demanda de este servicio que los conductores empezaron a retocar sus coches para que fuesen más rápidos, tuviesen un mejor rendimiento y sobre todo, más espacio para más botellas. Se tocaba todo: motor, suspensiones chasis...
Llegó un momento en el que para conseguir nuevos encargos estos conductores tenían que demostrar lo buenos y rápidos que eran tanto ellos como sus coches. Para esto se concentraban en lugares como Daytona Beach, mítico para el mundo de las carreras, que contaban con pistas de velocidad en las que se podía poner a prueba a hombres y máquinas. Mientras tanto, la policía, que tenía sus brigadas especializadas en la lucha contra el contrabando de alcohol empezó a ver todas estas modificaciones cada vez que detenían a uno de estos coches y empezaron a hacer lo propio para ser capaces de perseguirles.
Todo este mercado negro terminó súbitamente con el levantamiento de la prohibición hacia 1930. De pronto todos estos conductores se encontraron con que ya no tenían negocio en el transporte clandestino de alcohol y que además habían desarrollado una pasión visceral por la velocidad y la mecánica de sus coches. Es así como decidieron seguir haciendo lo que habían venido haciendo durante la última década pero ahora por deporte, fundando la Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Serie o, dicho en su idioma, National Association for Stock Car Auto Racing (NASCAR).
Pues ya pasó la Super Bowl y se la llevaron los Saints. Poco importa que tu equipo no haya llegado tan lejos. La mayoría de la gente por aquí es fan de los Chicago Bears, pero una vez llega la Super Bowl hay que elegir, uno no puede sentarse delante del televisor y quedarse de brazos cruzados, hay que saltar, chillar, alegrarse, enfadarse... En definitiva, hay que vivirla.
Del partido poco os puedo contar porque no entiendo mucho, aunque ha estado emocionante. Los Saints dejaron bien planteado el partido colocándose con siete puntos de ventaja hacia el final del partido. Los Colts se veían así obligados a conseguir un Touchdown y su correspondiente patada para tan solo empatar. Contaban para hacer esto con Manning, uno de los mejores quarterbacks de la liga, pero a medio camino, los Saints interceptaron uno de sus pases y llevaron el balón hasta la zona de marca, dejando el 31-17 que quedaría definitivamente en el marcador.
Mi conclusión después de una temporada entera de NFL en primera línea: el fútbol americano es aburridísimo como juego pero todo un show televisivo que me ha tenido casi cuatro horas sentado delante del televisor sin apenas darme cuenta. Este vídeo que os dejo es un buen ejemplo de lo que digo, y sirva además como homenaje a los campeones. Porque de un deporte en el que juegan 10 segundos y piensan 30 hacen unas retransmisiones propias de cualquier pelotazo de Hollywood.
Y luego están los anuncios. Que no son pocos a los que he oído decir que pensaban ver la Super Bowl solo por los anuncios. Pues bien toda mi vida pensando que los anuncios eran los del descanso y resulta que es justo en el descanso cuando no te ponen casi publicidad. Si lo pensáis está bien planteado porque si no, no conseguirían eso que os he dicho antes de tenerme cuatro horas sin levantarme del sillón. Pensad en la final de la Champions, incluso aunque juegue tu equipo, en el momento en que acaba la primera parte sabes lo que viene: anuncios. Así que aprovechas para levantarte, coger algo más para cenar, ir al baño... Aquí en el descanso tienes un análisis de las mejores jugadas y el show del descanso, este año quince minutos de The Who tocando un refrito de sus propias canciones. A poco que te guste el fútbol o la música no te levantas. ¿Y los anuncios cuándo? Pues aprovechan el ritmo tedioso y lento de un partido para ponértelos justo cuando saben que no te vas a levantar. Uno en cada parada de esas de 30 segundos para decidir la siguiente jugada. No me digáis que no está bien pensado.
Os dejo aquí también los tres que más me han gustado. Megan Fox anunciando Motorola (Mejor vedlo, no tengo palabras). Bret Favre anunciando los 10 años de garantía de los Hyunday. Para que os hagáis una idea Favre es al fútbol americano lo que Armstrong al ciclismo. No sólo han hecho historia en sus deportes sino que han vuelto después de su retirada (en el caso de Favre por segunda vez) haciéndolo a un nivel muy bueno. Concretamente Favre con sus 40 años ha llevado a los Vikings a la final de conferencia, sólo un paso por debajo de la Super Bowl. En este anuncio se pitorrea de todos los que le han criticado por ser demasiado mayor recibiendo el MVP de 2020 (es mejor el anuncio que toda esta parrafada pero tenía miedo de que no lo entendieseis). El último es de Google, y visto lo visto en hulu, está siendo de los favoritos de este año. ¿Cuál os gusta más?
Estos americanos tienen de todo, de lo malo malísimo y de lo bueno a imitar, y creo que lo del fin de semana pasado es parte de esto último. Después de un año de presidencia, Obama se ha encontrado con que toda esa agenda de renovación y cambio prometida se veía sistemáticamente interrumpida por una feroz oposición republicana que no ha escatimado en descalificaciones tanto hacia sus políticas como hacia su persona.
Es por esto que Obama se tomó en serio primero el discurso sobre el estado de la unión de hace unos días, en el que le dio un repaso a todos los presentes: demócratas, republicanos, jueces, hasta a sí mismo. Un discurso que pretendía dar un tirón de orejas y llamar a la responsabilidad que unos y otros tienen para la gobernabilidad del país. Pero lo sorprendente vino este sábado pasado.
Obama se presentó en una convención del partido republicano en un ejercicio que fue un ejemplo de democracia por parte de los dos bandos. Ya desde el principio, recibido con respeto entre aplausos. ¿Os imaginais al PP aplaudiendo en una de sus convenciones a un Zapatero que se hubiera dejado caer por allí? ¿Y al PSOE haciendo lo propio con Aznar hace unos años? El presidente llegó, soltó su discurso, llamando nuevamente a la responsabilidad de actuar pensando en el bien del país y no en el de sus encuestas pero después admitió preguntas y todo esto retransmitido en directo.
El repaso fue de los que se recordarán (de Obama a los republicanos digo). Pero es que además fue un repaso bien dado. Nada de peroratas ideológicas, el presidente manejó muy bien los datos y fue desmontando uno por uno cada uno de los argumentos con los que intentaron abordarle (fijaos como sería que la ultraconservadora FOX interrumpió el debate a falta de 20 minutos cuando había anunciado su emisión íntegra). Y para rematar la faena no dejó de invitarles a mejorar sus propuestas: "Si de verdad saben alguna manera de arreglar estos problemas gastando menos dinero, por favor díganmela."
Lo dicho. Que no me imagino a ninguno de nuestros partidos en España recibiendo a un presidente del gobierno del bando contrario en una de sus convenciones. No me imagino a un presidente de ninguno de los dos partidos queriendo ir a una encerrona de estas, atreviéndose a recibir preguntas y respondiéndolas con semejante soltura, todo ello con luz y taquígrafos. Si nuestros líderes políticos no saben debatir en un cara a cara electoral, que tiene que quedarse en algo súper encorsetado, en el que se limitan a intercambiar monólogos y no se admiten preguntas por parte del moderador, me parece que falta mucho para que podamos ver algo parecido en España.
Enlaces:
Podéis leer una crónica de este encuentro en el New York Times.
Aprovecho para contaros deprisa y corriendo, antes de salir pitando para mi clase de marketing, que hoy se celebra aquí en Estados Unidos el día de la Marmota, como en la mítica película Atrapado en el tiempo. Película que por otro lado y como suele ser habitual recibió ese nombre sólo en España ya que aquí se llamó precisamente "Día de la Marmota" o Groundhog Day que dirían en la lengua de Shakespeare.
La cosa es tan sencilla como idiota. En Punxsutawney, Pensilvania, dejarán a una marmota salir de su madriguera por primera vez después del invierno. Dicen que si la marmota no puede ver su sombra saldrá definitivamente de la madriguera y eso significará que el invierno ha terminado. Si, por el contrario, ve su sombra se esconderá de nuevo pronosticando así seis semanas más de invierno. Y así cada 2 de febrero. Y luego es a los españoles a los que les gusta no ir a trabajar...
